Meditación

La unidad con Dios puede alcanzarse mediante el camino de la meditación. La meditación es un momento único para separarnos del mundo y encontrar a Dios. En la meditación las fuerzas espirituales universales se alinean con el espíritu personal y hacen nacer un estado de felicidad y paz interior, que es propio de la divinidad.  Meditar es alcanzar la comunión silenciosa con Dios.

Son prodigiosos los efectos de la meditación trascendental para la regulación del metabolismo, la experiencia de éxtasis interior, el control de la ansiedad y el estrés de una vida moderna que nos acosa con sus exigencias de productividad para sobrevivir. Se cree que meditar es cerrar los ojos y proceder a pensar. La meditación es un viaje a la eternidad por veinte minutos, en el que no hay emociones, ideas ni acontecimientos. Meditar significa no pensar, abandonarse a un mantra, que es un sonido especial, o a nuestra respiración, y experimentar la armonía divina en nuestro corazón y en nuestra mente. El regreso a las actividades cotidianas después de una experiencia de meditación viene acompañado de una infinita sensación de paz espiritual y sosiego. También para la filosofía oriental de Maharishi, en la profundidad de esta meditación podemos inducir un deseo que, si es acorde a nuestro destino creativo y dador, éste tenderá inevitablemente a cumplirse.

James Fernández Cardozo

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