LOS SÍNTOMAS DEL EGO Y EL APEGO
El ego y el apego nos separan de los demás y no permiten vivir una vida plena. Son dos extremos de una vida que se pierde en la competitividad, la ansiedad, la depresión, y finalmente la soledad. Ego y apego Se manifiestan en los seis síntomas siguientes:
- Tener la razón: Proviene del ego, y consiste en considerar que mi punto de vista siempre es el correcto, solo porque es mi punto de vista. Creer que las opiniones y los diálogos con los demás son terrenos de lucha en que uno debe ganar y el otro ser derrotado. Quien quiere tener a toda hora la razón, pronto se enfrentará a la soledad de su ignorancia emocional.
- Miedo al rechazo: Es el dejar de hacer, opinar, elegir, o sentir por miedo a la desaprobación de los demás. es un apego exagerado a lo que digan los demás. Significa olvidar que uno no se debe paralizar por el qué dirán, u olvidar que uno vino al mundo es a dejar una huella propia, única y auténtica. La necesidad de aprobación de los demás nos ha vuelto dependientes del “me gusta”, el “like”. Buscando aprobación, terminamos perdiéndonos a nosotros mismos.
- Miedo al fracaso: Paralizarse por el temor a que no se consiga el resultado que esperamos, cuando realmente el fracaso es la escuela del aprendizaje porque sencillamente nos indica lo que no debe hacerse en el próximo intento, y nos abre las posibilidades de hacerlo de una manera diferente. No nos apeguemos tanto al resultado y disfrutemos del viaje. Quien por miedo no quiere iniciar algo, por deber termina haciendo nada.
- Tener el control: Es una actitud de tener dominio absoluto sobre todo aquello en que podemos influir, sobre toda hoja que se mueve en el horizonte, por nuestro temor a sentirnos vulnerables o ser lastimados. Es una coraza rígida entre nuestro corazón y los demás. Proviene del ego, quien siempre quiere manipular y dominar. Controla, y al final serás controlado por tu soberbio ego.
- Ponerse como víctima: Se usa para evadir la responsabilidad y culpar a otro, porque es más cómodo culpar que asumir. Su emblema es quejarse a toda hora. Este síntoma también esconde un deseo sutil y egoísta de manipulación a las otras personas. Tan fácil ser víctima y tan difícil ser el héroe de nuestro destino.
- No valgo: Es un sentimiento de minusvalía o carencia respecto de la imagen de uno mismo que nos impide iniciar o alcanzar grandes sueños. Este síntoma, unido a cualquiera de los anteriores, es el artífice de la pérdida de la autoestima. Quien no se ama no puede amar a nadie. Quien no se valora no puede ver la belleza del mundo ni la de los demás.
Seamos Titanes de nuestro destino, derrotando a diario los seis síntomas del ego y el apego.