Las edades de la felicidad

Jennifer Aaker, psicóloga de la Universidad de Stanford y su equipo de investigadores, pudo establecer que la felicidad no es estática: varía según la experiencia de cada etapa de la vida.

En la adolescencia: ante la incertidumbre del futuro y la necesidad de experimentar, cautiva la emoción del día a día.

Los 20 años: se incuban objetivos de vida, comienza la validación propia por la conquista de logros y se empieza a construir  significado personal.

Los 30 años: la noción del equilibrio, familia, salud y energía corporal hace desplazar de nuevo el significado personal de la felicidad.

Los 40 años: la felicidad adquiere significado en la espiritualidad, la ayuda a los demás y en la familia que se ha construido. También  en el impacto que se puede tener sobre el mundo.

Los 50 años: llega la sensación de estar conectado a sí mismo, la sensación de aprecio por lo logrado y lo que se tiene, de agradecimiento a Dios y la sensación de ser afortunado y bendito.

Los 60 años: la noción de felicidad se asocia ahora  a la conexión con los seres queridos, la ayuda y apoyo a los parientes y la posibilidad de vivir aquellas experiencias que siempre se quiso buscar.

Los 70 años: se transforma en apreciar la belleza de la naturaleza, la alegría por las nuevas generaciones y la interacción con los demás.

 

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